viernes, 23 de febrero de 2007

Mario Giacomelli en garra con el Fauno (El laberinto del fauno)

La trama es original, en su deslumbrante forma de enlazar dos universos paralelos: un mundo real, cargado de horrores auténticos, de tortura y degradación del ser humano, donde se levanta una contundente denuncia a la opresión fascista; y una dimensión onírica, inquietante y tenebrosa, donde sin embargo, cabe espacio para la esperanza. Es un filme perturbador y a la vez mágico: un triunfo creativo, que dejará su propia huella en los anales del cine fantástico. (Mario Giacomelli escribe para La República todos los jueves).

3 comentarios:

A las 23 de febrero de 2007, 12:36 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Este comentario se complementa con el de William Venegas y el de Venegas con este, hay que leer los dos. Yos puse un comentario semejante en el de William Venegas.

 
A las 27 de febrero de 2007, 12:13 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Hace poco vi al director mexicano Guillermo del Toro en una entrevista, comentando que había realizado EL LABERINTO DEL FAUNO con 17 millones de dólares, un 10% del presupuesto promedio de las mega producciones que Hollywood produce. QuÉ habilidad tan fantástica de este director y su equipo de producción, de lograr esta maravilla de película con este “reducido presupuesto”. No hay duda, que la capacidad artística y la inteligencia en el cine, pesan mucho más que los cheques y los millones. ¿Podrá alguien en nuestro país, algún día, demostrar con creces esta premisa?… ¡esperemos!

 
A las 16 de marzo de 2007, 20:40 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Ciertamente es un filme que logra capturar al espectador por su profundidad de argumento, su solidez y su agresividad visual, sin dejar de lado los retoques de belleza e inocencia que abundan, pero nunca de una manera muy pocas veces logradas, en los filmes de aventuras cuyo protagonista en un niño. La magistral forma en cómo Guillermo del Toro, director mexicano, logra cohesionar dos mundos, en dos contextos, nunca dándoles más importancia a uno o a otro, hace que éste, en el filme cúspide de una carrera bastante provechosa, pueda ser declarado el superior de los llamados “Tres Amigos” (que incluye también a los mexicanos Afonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu). Navarrete conmueve con una banda sonora que aún mantengo en mi memoria que, sumados a un impecable manejo de luces y formas en la escenas, se hace merecedora de los tres Oscares ganados, y de muchos más.

 

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