martes, 29 de mayo de 2007

Piratas (a)garra(dos) por wílliam venegas

Escribir un comentario de Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007) es tan fácil como sacudirse las manos. Primero, es película dirigida por un buen operario, director que hace cine por encargo y no se quema las pestañas para intentar valoraciones artísticas. Se llama Gore Verbinski y ya nos olvidamos de él. Lo segundo es aceptar que se trata de una cinta de entretenimiento. Estamos ante una franquicia para pasar el rato: este filme, a lo sumo, quedará como anécdota. Aceptamos su popularidad. Aceptamos que entretiene a muchos. Luego, con exigencia, como se debe, señalamos que es cine de calidad mediocre. Se trata de una superproducción larga en su totalidad y larga por secuencias: ejercicio megalómano de efectos especiales. Es filme de ocurrencias para un argumento enrevesado. Alguien diría que esa maraña de sucesos es adrede, ¡uy!, propio de esta época en que a los jóvenes les dicen que el buen cine es el de estupendos efectos especiales. Lo cierto es que este filme pirata ha sido rodado y se muestra sin convicción alguna. Ni los histriones se creen sus personajes, por eso sus actuaciones son baladíes: ni talento ni poesía, ni rigor ni pasión, ni concentración ni persuasión. La fotografía es apelotada; la atmósfera es imprecisa; los encuadres, planos y secuencias se aglomeran; el guion se desarticula y la banda sonora es bulliciosa en exceso. La partitura de Hans Zimmer suena y suena sin correspondencia alguna con las imágenes: lo visual no pasa por el pentagrama. El principio del filme es bueno y, por esto, engañoso. Ojo: no olviden quedarse hasta después de los créditos últimos, porque es cuando se ve el final/final. No salgan antes: es un castigo por recrearse con películas entretenidas, pero mediocres. CALIFICACIÓN: 5 (wílliam venegas escribe para La Nación).

domingo, 27 de mayo de 2007

Érick Fallas con garra de pirata


Empezamos donde quedamos. Jack Sparrow tragado por el Kraken; y Elizabeth, Will y Barbossa unidos para rescatarlo. Después de saltar este primer obstáculo, todos deberán limar sus asperezas y tomar un mismo bando, ya que el poderoso Davey Jones y su “Holandés errante” son dominados por el malvado Lord Beckett quien pretende acabar con los piratas de la faz de la Tierra. Sin duda “Piratas del Caribe, en el fin del mundo” es la cinta más sólida de la trilogía. El director Gore Verbinski conoce el tono y ritmo adecuado de narrar la historia, al jugar de manera equilibrada con unos maravillosos efectos especiales que nos llevan a creer lo increíble. Junto a esto, la banda sonora de Hans Zimmer pasa por momentos ceremonioso y en otros acompaña la acción de forma estupenda. Todo se sienta en un guion discreto, que pone a jugar a los personas alrededor de la rueda del destino que gira sin parar. Los actores alcanzan un nivel de “cariño” con sus personajes. De esta forma Johnny Depp vuelve a convertirse en el tierno bribón que siempre se sale con la suya. No hay duda que su Jack Sparrow es realmente inolvidable, Johnny supo mezclar un poco de farsa afeminada, con algo de héroe de novela. Keira Knightley y Orlando Bloom mejoran sus interpretaciones, sin llegar a ser extraordinarios, pero no desencajan al lado de estupendos actores de la talla de Geoffrey Rush, Chow Yung Fat, Bill Knighy y Stellan Skarsgard. Definitivamente es una película para pasarla bien. Hay acción, comedia y el esperado romance, en dosis suficientes para que las 2 horas y 45 minutos se nos pasen volando. Es bastante para una trilogía que salió de un simple parque de diversiones de Disneyworld. Así que terminamos donde empezamos. CALIFICACIÓN: 8. (Érick Fallas escribe en Al Día)

sábado, 12 de mayo de 2007

Soley Bernal le echa garra a la flor dorada

La maldición de la flor dorada una cinta que se ubica en China del siglo X, con la dinastía más ostentosa, la Dinastía Tang.
Bajo la dirección de Yimou Zhang, una película con majestuosa dirección de arte y vestuario, acompañada de un cinematografía ágil y estética. Dentro de este marco se descubren los secretos de la familia Imperial, donde la traición, la infidelidad, la ambición y los complots darán cuerpo a los conflictos que llevan de la mano a esta historia; la cual se fortalece con la actuación de Chow Yun Fat, como el emperador y Gong Li, como la emperatriz, ambos papeles lograr envolver al público. Una excelente pieza producida por china y Hong Kong.

domingo, 6 de mayo de 2007

Garra arácnida con wílliam venegas

“Spider-Man 3”: Es una bien planificada entretención, donde el director Sam Raimi se da el gusto de hacer cine emocionante y pone un poco de psicología para hablar sobre el Bien y el Mal como expresiones de la suerte humana. La venganza y la clemencia como contradicción. Por eso tenemos un Hombre Araña rojo y otro Hombre Araña negro, aunque los dos son expresiones del mismo ego (“yo”). Aparte de esa lucha que nuestro héroe debe vivir contra sus propios demonios, él se enfrenta a villanos infaltables. El guion entreteje bien su rompecabezas argumental, pieza a pieza, y el puzle se entrelaza con lógica para un final satisfactorio. Como siempre buscamos piojos en calvicies ajenas, podríamos señalar que esta tercera aventura del Hombre Araña podría haber tenido menos metraje y habría ganado en intensidad. Finalmente, esta película humaniza aún más al superhéroe y lo hace bien; lo malo es que esto no se endosa de la mejor manera con el trabajo actoral, de muy bajo perfil. (wílliam venegas escribe para La Nación).

viernes, 4 de mayo de 2007

Mario Giacomelli desgarra flor dorada


“La maldición de la flor dorada” podría se el último capítulo de una telenovela al estilo de “Dinastía”, o bien una versión china de una tragedia clásica. De hecho, en sus mejores momentos, la trama parece inspirada en alguna pieza de Shakespeare (…). Es todo un festín para los ojos, que incluso corre el riesgo de empachar con su lujo excesivo. Al rato la propuesta luce fría y poco realista (…). No se puede negar que “La maldición de la flor dorada” ejerce una fascinación irresistible, concretando una experiencia visual difícil de olvidar. (Mario Giacomelli publica sus críticas los jueves en La República).

Garra de araña con Érick Fallas


Peter es feliz con Mary Jane, su relación es de ensueño. Los estudios del joven marchan a las mil maravillas y su trabajo también. Por si esto fuera poco, el Hombre Araña se ha convertido en el héroe número uno de Nueva York. Pero sabemos que cuando se trata de Peter Parker, los sueños fácilmente se convierten en pesadillas. Primero, Harry Osborne decide transformarse en el nuevo “duende” para vengar la muerte de su padre. Segundo, Flint Marco, el supuesto asesino del tío Ben, huye de la cárcel y accidentalmente cae en una prueba nuclear, convirtiéndose en Sandman. Como las cosas malas vienen en grupos de tres, al traje del hombre araña se adhiere una especie de parásito venido del espacio, que lo vuelve negro y poderoso. Al principio Peter verá esto como una gran novedad; pero poco a poco, el parásito se adueñará de la personalidad de nuestro amigo, sacándole su lado oscuro a relucir y convirtiéndose en una verdadera droga. El hombre araña deberá agenciárselas para salir de todo este apuro. Además entrará una nueva chica, Gwen Stacy, una bella rubia que hará que se estremezca la sólida relación entre Peter y Mary Jane. El director Sam Raimi apuesta a todo o nada en esta tercera parte de la saga. La historia se torna más oscura y las decisiones del protagonista son cada vez más difíciles. La inclusión de tres villanos: Sandman, el duende y el esperado Venom, podría ser un arma de doble filo. Pero Raimi construye el guion con orden impecable, para que en ningún momento un personaje aplaste a otro. Todos se justifican con acciones que repercutirán en la historia y su desenlace. Los efectos especiales son realmente alucinantes. En ciertas escenas quedamos boquiabiertos con el manejo vertiginoso de la cámara, mientras que en otras el encuadre es sobrio y medido para acentuar el drama de la historia. Estamos ante un filme de entretenimiento, de eso no cabe la menor duda, pero hecho con mucho respeto y cuidado. Como toda película de El Hombre Araña, la 3 tiene su mensaje. Podríamos citar una frase de “El chavo del 8”: “La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”, bastante cursi, pero muy cierta. (Érick Fallas es crítico de cine en canal 13). CALIFICACIÓN: 8

Cine chino, garra y wílliam venegas


El ambiente escenográfico, la atmósfera, la recreación de época, las coreografías, los decorados y lo pictórico son sencillamente estupendos en la película china “La maldición de la flor dorada” (2006), dirigida por el inquietante y talentoso realizador Zhang Yimou. Estamos afirmando que se trata de una película donde el realizador Yimou tira y persigue, como buen cazador, para alcanzar una puesta en imágenes excepcional, visualmente formidable. En ese paradigma, se entreteje una insólita –por enigmática– tragedia. Aquí es cuando la trama, enriquecida con un buen guion del propio Zhang Yimou, en colaboración con Wu Nan y Bian Zhihong, se expresa con ardor. Es cine con garra; también con cierto misterio, donde está presente el exotismo trágico tan del romanticismo. Lo decía el realizador español Luis Buñuel, al hablar del buen cine: “El misterio es el elemento clave de toda obra de arte”. La correspondencia presente entre ambos y tradicionales espacios (forma y contenido) es eslabón de una cadena férrea: riqueza estética y voltaje dramático. Sentimos que esta es una película pensada con calma, pero cuyo carácter se ha templado en la tormenta, como aquella expresión de Goethe: “El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad”. El argumento pudo haberse quedado en melodrama, pero no. Se llena de pasión para ir a lo más intenso de la conducta humana, para mostrar acontecimientos marcados por el determinismo: es el sino de cada personaje. Es lo inevitable. La trama se desarrolla alrededor del siglo X, en la Ciudad Prohibida de China, fortaleza del emperador Ping, quien reúne a su familia para celebrar el acostumbrado y exquisito Festival de los Crisantemos. Sin embargo, ello se convertirá en estímulo que lanza a cada personaje a la tragedia, con tonos operísticos; pero el director Yimou mantiene el control de los actores, saca lo mejor de ellos, los torna convincentes y creíbles: ¡extraordinaria la actriz Gong Li! (Wílliam Venegas, La Nación).